No podemos tolerar más violencia contra las mujeres, no podemos permitir que este terrorismo campe a sus anchas, no podemos mirar para otro lado o decir que no podemos hacer nada.
Me asusta la búsqueda de justificaciones y poner el calificativo de ecuatoriana, dominicana, inmigrante….me produce estupor.
¿Su vida vale menos que cualquier otra mujer? si la matan en su país de origen,¿ es distinto?¿hasta cuando escucharemos voces en casa del vecino y no haremos nada?
Cada vez que escucho alguna trágica noticia a cerca de alguna mujer maltratada, asesinada….. recuerdo una noche de campamento, recuerdo a un niño aterrado de 11 años, recuerdo lo que sentí cuando sus lágrimas me rozaron la piel, me rozaron hasta el alma. Recuerdo su voz quebrada cuando trataba de explicarme que no sabía que hacer cuando su padre pegaba a su madre….
Ese día yo era poco más que una adolescente, su madre no murió, pero no porque nadie hiciésemos nada para evitarlo, al contrario, esa mujer hoy está mejor que nunca; sin embargo eso no me hace sentir bien, yo no hice NADA, y podía haber sido la siguiente; no evité que ese niño creciera en un ambiente tenso, no evité la siguiente bofetada, no evité sus cicatrices, esas que siempre llevará en el corazón; y me siento fatal.
Ese niño hoy es un hombre, esas lágrimas ahora mismo vuelven a recorrer mi brazo, mi alma, esa sensación de vacío e impotencia vuelve a adueñarse de mí, y lo volverá a hacer mañana, y dentro de un mes, así hasta que ninguna mujer en ningún lugar del mundo tenga que sufrir agresiones por ser mujer…..
Me asusta la búsqueda de justificaciones y poner el calificativo de ecuatoriana, dominicana, inmigrante….me produce estupor.
¿Su vida vale menos que cualquier otra mujer? si la matan en su país de origen,¿ es distinto?¿hasta cuando escucharemos voces en casa del vecino y no haremos nada?
Cada vez que escucho alguna trágica noticia a cerca de alguna mujer maltratada, asesinada….. recuerdo una noche de campamento, recuerdo a un niño aterrado de 11 años, recuerdo lo que sentí cuando sus lágrimas me rozaron la piel, me rozaron hasta el alma. Recuerdo su voz quebrada cuando trataba de explicarme que no sabía que hacer cuando su padre pegaba a su madre….
Ese día yo era poco más que una adolescente, su madre no murió, pero no porque nadie hiciésemos nada para evitarlo, al contrario, esa mujer hoy está mejor que nunca; sin embargo eso no me hace sentir bien, yo no hice NADA, y podía haber sido la siguiente; no evité que ese niño creciera en un ambiente tenso, no evité la siguiente bofetada, no evité sus cicatrices, esas que siempre llevará en el corazón; y me siento fatal.
Ese niño hoy es un hombre, esas lágrimas ahora mismo vuelven a recorrer mi brazo, mi alma, esa sensación de vacío e impotencia vuelve a adueñarse de mí, y lo volverá a hacer mañana, y dentro de un mes, así hasta que ninguna mujer en ningún lugar del mundo tenga que sufrir agresiones por ser mujer…..¡BASTA YA!
