Hoy es el día contra la homofobia, y la transfobia y, si el año pasado lo viví con cierta alegría, viendo como en sitios donde es difícil la lucha por los derechos de lesbianas gays bisexuales y transexuales, y dentro de círculos hostiles, había grupos que se organizaban y daban pasos para conseguir conmemorar un día tan importante, este año la historia es bien distinta, lo que me hace reflexionar.
Aun no me he levantado de la cama, en Batibó ha amanecido hace mucho tiempo, lo cierto es que me desperté a las 6 cuando la gente comenzaba a correr de un lado a otro para ir a misa, y con mis 27 años recién estrenados hoy es un día marcado con rojo en el diario de cualquier activista LGBT y es en lo primero que he pensado.
Lo que me ha hecho escribir tan temprano es que todo es muy distinto en función de la parte del mundo en la que te encuentres.
África. Este año estoy en África y donde me encuentro exactamente la homosexualidad está penada con cárcel.
Y aquí, en este inmenso continente, en este inmenso país ¿por dónde se empieza a trabajar?
Esa es la pregunta que un compañero y yo llevamos preguntándonos desde hace varios días.
¿Cuál es la estrategia a seguir en África, en Camerún y en todos los países del mundo dónde las personas no pueden ser cómo son, amar a quien aman, vivir con quien quieren…..?
No sé por dónde se empieza, lo que sí sé es que vamos a llegar tarde, no sé qué es lo que hay que hacer pero debemos ser muchos al mismo tiempo y desde distintos sectores, no sé cuándo pero ya han sufrido demasiado.
