La verdad es, que me hubiese alegrado más, el día que un juez valiente lo hubiese metido entre rejas, pero no puedo decir que la noticia me haya entristecido.
PINOCHET HA MUERTO.
En estos momentos una se para a pensar en toda esa gente que se agolpará en el centro médico, en la casa o sabe Dios dónde , llorando la muerte de tan cruel personajillo, y lo único que se me ocurriría preguntarles es si en vez de sangre no tienen horchata.
Es increíble que haya personas que se autoproclamen fanáticos seguidores de un ser que asesinó a tantísima gente, que haya personas defensoras de la más atroz forma de gobierno, es como poco imposible de justificar de manera razonable el apoyo a ese viejecito de pelo blanco que poco a poco, desde el anonimato fue escalando puestos dentro del ejército chileno, se autoproclamé en algún momento defensor de la democracia, burló la confianza que Salvador Allende (porque no tenía más salida), en algún periodo de su gobierno puso en el ejército chileno, y en él personalmente...y se convirtió en muy poco tiempo en uno de los dictadores más crueles de la historia contemporánea.
Hoy está muerto, y bien muerto, ojala que junto a él pudiésemos enterrar algún día todo ese conglomerado de sinrazón que da forma a las ideologías fascistas.
Ojala pudiésemos juzgar a todos los que han sido protagonistas de regímenes dictatoriales. Porque no nos podemos olvidar que algunos aun viven, son senadores, y se disfrazan de democráticos, mira tú que guasa.
Pero esto es imposible. Menos mal que como dijo el poeta, “la palabra (la poesía) es un arma cargada de futuro” En nuestras manos está.
..."Tal es mi poesía: poesía-herramienta
a la vez que latido de lo unánime y ciego.
Tal es, arma cargada de futuro expansivo
con que te apunto al pecho.
No es una poesía gota a gota pensada.
No es un bello producto. No es un fruto perfecto.
Es algo como el aire que todos respiramos
y es el canto que espacia cuanto dentro llevamos.
Son palabras que todos repetimos sintiendo
como nuestras, y vuelan. Son más que lo mentado.
Son lo más necesario: lo que no tiene nombre.
Son gritos en el cielo, y en la tierra son actos".
2 comentarios:
A mí sí que me entristece. Me entristece ver como ha muerto como cualquier otra persona que nunca ha hecho daño a nadie, como murieron mis abuelos, acompañados de la gente que les quería. Me entristece esta burla a la justicia y me entristece no ser creyente para al menos consolarme con su suplicio eterno.
Desde ayer el mundo es un poco más agradable.
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