El pasado viernes puse rumbo a la capital, si señores, fui tan valiente como todos los que se atreven a visitar Madrid en estas fechas (y todos los días en hora punta).
Aunque el motivo de mi visita no se debiese a ninguna actividad festiva, ni a visitar “el mercadillo de la Plaza Mayor”, ni a comprar bolas de navidad para el arbolito (que son las mismas que tenemos en cualquier tienda, pero entiendo que queda mejor decir que fuiste a por ellas a Madrid….aun no hemos superado este complejo de inferioridad tan nuestro), me fue imposible evitar toparme de lleno con toda la pompa y el glamur que inunda Madrid, bueno, algunas partes de Madrid, porque el túnel peatonal que cruza la Castellana en Colón o el puente de Plaza de España, o cualquier otro sitio que da cobijo a un montón de sin techos, aun se iluminan con el fuego de las hogueras, que también es un elemento navideño ¿no? Al fin y al cabo José y María en su día eran unos “sin techo” más, y el sitio donde nació Jesús no tenía millones de bombillas ni “Papas Noeles” absurdos subiendo por los balcones, ni pelucas brillantes , ni los gorros estúpidos de reno ¿PORQUÉ SE PONEN ESO EN LA CABEZA?...(que no entiendo porqué se han convertido en elemento navideño)…
Como podéis ver la situación me dio que pensar, por varios motivos que son difíciles de ordenar.
En estas navidades, recién llegada del “tercer mundo”, todo me parece sacado de un libro donde lo único que parece importar es el grado de ostentosidad.
Se nos ha olvidado que en la mayoría de los casos las cosas sencillas tienen mucho valor, nos preocupamos de envolver las cosas más que de la propia cosa en sí…las cintas brillantes se convierten en parches que tapan durante unos días manchones de humedad incómodos de ver; las tarjetas solidarias de los supermercados terminan siendo las lavadoras de nuestras conciencias (después de pagar 200 Euros por las cigalas, el salmón los turrones y el champán comprar esa tarjetita de tres euros que cuelga en la caja de los supermercados y que alguien debe hacer llegar a los pobrecitos negros que se mueren de hambre en el telediario, pues oye, tranquiliza el alma) y así hasta un número infinito de hechos que no me hacen sentir especialmente bien.
Y como ejemplo de la navideña puesta en escena de este carácter solidario, es el carácter “cultureta” que ha poseído al Sr. Gallardón en los últimos días.
Debe de haberse dado cuenta de la importancia del Arte y la cultura en la vida, curiosamente ahora que llega la Navidad. Como hay que ser buenos porque si no los Reyes Magos pueden dejarte Carbón (y lo que se necesita es petróleo y hormigón para seguir abriendo zanjas) pues se ha dicho….”a estos originales trasnochaos les planto yo en el Palacio Real un espectáculo de fuego (que por cierto a mi me gustó mucho pero me agobió más), organizo tres o cuatro actividades más ahora que todos vienen a vernos (y digo todos porque el sábado era imposible andar por Madrid), lo alargo en el tiempo hasta que lleguen las elecciones, y así todos se convencen de lo “super implicados” que estamos los peperos con el rollo alternativo…..
En fin, cada uno que se crea lo que quiera, en Madrid la cultura funciona, pero sólo esa parte que es rentable, porque no nos olvidemos que quien le da vida es la iniciativa privada. Por esto la otra cara de la moneda siempre se queda fuera. La parte que funciona ahora en Madrid es la parte de la pompa, del brillo, de la lotería, del dinero, de la solidaridad navideña “limpiaconciencias”, funciona todo lo que tenga que ver con el consumo, con el Corte Inglés, con el dinero, con los belenes monumentales (que no esos con un buey y una mula que aun existen en la realidad)….con las cenas de empresas, con los vestidos de gala con beber y beber (como los peces en el río)…etc
Y no nos engañemos, a esta parte no todos tenemos acceso. Lo montan para que todos podamos mirar, pero de ahí a que quieran que la mayoría lo podamos disfrutar hay mucha diferencia. Al señor Gallardón le gusta mucho eso de parecer (mira lo que está haciendo con Madrid) pero me gustaría saber hasta donde le importa el ser.(esto les toca sufrirlo no sólo a los madrileños, sino a todos los que viven en esa ciudad)
1 comentario:
Soy madrileña y me ha gustado mucho tu visión de Madrid.
Cuando alguien que no es de aquí habla dde Madrid suele ser o para alabarlo desmesuradamente o para denostarlo también desmesuradamente, pero me ah gustado que lo retratas con sus luces (que ahora son muchas) y sus sombras.
Estoy de acuerdo contigo, aquí la culturilla vende, pero porque aquí somos tantos que vende todo pero lo que mejor funciona es la culturilla de pacotilla, la culturilla de purpurina y apariencia. La de la gente que tiene un abono en el Real porque viste mucho aunque no vaya nunca a ver una Ópera, la de Norma Duval, la del musical...
Según la Comunidad de Madrid, presidida por nustra "magnifica" presidenta Doña Espe, en madrid 7 de cada 10 madrileños somo lectores, ¡Un 70%!, y el metro vuela. No sé si se refiere a leer los anuncios, los carteles de desvios por obras o los paneles que informan de averias en el metro.
No tengo coche y me muevo siempre en transporte público, que mejor forma de pasar el tiempo cuando cruzas la ciudad en metro (con sus retrasos, paradas intemrinables y averías) que leyendo, pues el porcentaje de gente que va leyendo un libro no suele llegar ni al 2%. Pero parece que decir que somos muy cultos vende, serlo ya no vende tanto, por eso intentó cargarse la industria del libro liberalizando el precio, pero aparentar serlo, eso viste muchiiiisimo.
Un saludo
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