domingo, 26 de febrero de 2012

Las normas, las leyes, la justicia se olvidan de la humanidad.

Está claro que la justicia no es divina, ni divinas sus consecuencias, que ni cumplen con el mínimo que se las exige: ser justas. Y una se pregunta si un niño o una niña nace de la patria, de una máquina de hacer ciudadanas/os numerados y colocados en serie, o si al nacer les implantan un microchip que al pasar por radares hasta de supermercados hacen saltar las alarmas nacionales y emitir por altavoces los himnos que ensalzan la honorabilidad nacional....
Si la respuesta es no por favor que alguien me explique esta noticia que aparecía en El País:

"Miles de mujeres acorraladas por la miseria y abandonadas por sus parejas han cruzado México y Centroamérica durante el último decenio en busca de una vida mejor en Estados Unidos. Han arriesgado sus vidas, se han sometido o enfrentado a todo tipo de depredadores (los mareros y sus pandillas, los coyotes que las pasaban de un país al otro por dinero o sexo, los oficiales de inmigración que sacaban su tajada). Después, muchas de ellas han acabado siendo detenidas y repatriadas a la fuerza, tras ser obligadas a dejar en Estados Unidos a sus hijos nacidos en este país porque así lo han decidido los jueces."

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