domingo, 15 de febrero de 2009

Y ahora ¿qué?



Esa es la pregunta.


Justicia, o, más que justicia, castigo, eso es lo que se pide para el asesino confeso de Marta del Castillo y para todos los “terroristas” que todos los años terminan con la vida de mujeres en todo, tratando de perpetuar la supremacía de los hombres….”de los machos”.


Y ahora ¿qué? , Cuando hemos visto que el muy animal ha terminado con la vida de una joven, porque, probablemente, no consiguió su propósito, no pudo hacer con ella lo que quiso, no pudo controlar su voluntad…


Y ahora ¿vamos a seguir mirando hacia a otro lado cuando de atajar las desigualdades entre niños y niñas se trate?


El suceso que todos hemos conocido a través de medios de comunicación e internet es la escenificación más atroz de la desigualdad que existe entre mujeres y hombres entre chicos y chicas jóvenes, y , los orígenes de esto, no hay que buscarlos en lo sucedido hace dos días, las desigualdades vienen con nosotras desde que nacemos y TODAS, mientras esto no cambie, podemos ser otra Marta del Castillo.


Con este caso ya sólo nos queda apelar a la justicia, debatir sobre las penas que tienen que caer sobre el asesino y su cómplice; pero está en nuestras manos prevenir el siguiente.


Y la prevención pasa por hacer un esfuerzo común, pasa por eliminar todas las desigualdades, educando en valores, educando en el respeto, en la igualdad, fomentando el no uso de la violencia y sobre todo tratándonos y enseñando a tratar de igual forma a hombres y mujeres en cualquiera de los ámbitos en los que nos movamos.


La igualdad, por desgracia, no nos viene dada. El orden social, de hecho, nos impone lo contrario. Entre todos y todas tenemos que lograr que esto cambie. Sólo así conseguiremos que no haya más Martas del Castillo.


Mi más sentido pésame a su familia, amigas y amigos, y a la sociedad en general, porque esta pérdida, en parte es un poco de todas y todos.

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