Lo de Esperanza Aguirre no tiene precio, tiene que tener descuentos especiales en la cuchillería de su barrio, por que en afilar utensilios para pegar tijeretazos a la cosa pública se le tiene que ir un buen "cacho" de ese humilde sueldo que tiene.
Ayer escuché las denuncias que hacían los facultativos de dos hospitales de esa comunidad madrileña que lo privatiza todo. No es algo nuevo, allá por principios del 2006, en la facultad ya hicimos un análisis del rumbo que estaban tomando las intenciones y voluntades de algunas personalidaddes encagadas de gestionar lo público; las privatizaciones, maquilladas bajo palabras que camuflan la intencionalidad.
Los centros públicos de gestión privada y la creciente deriva de pacientes a clínicas ¿concertadas? hace que ,miles de madrileños y madrileñas, salgan a la calle para defender esto de "la cosa pública" que a la Espe le tiene que sonar a chino mandarino. y, digo yo, ¿cómo se le explica a esta gente que los pacientes no son meros clientes ni la salud una mercancía con la que poder jugar a ver cuánto de rico me voy a hacer con las apendicitis, cánceres, pulmonías y partos? porque, no traten de engañar al personal. Los gestores privados no gestionan un hospital público de gestión privada pensando en la garantía de la salud de la ciudadanía; su interes por muy gestores privados de algo público que sean, se llaman EUROS, y lo demás se llama romanticismo añadido para disuadir la atención del personal.
A pesar de todo esto no es raro encontrar a Doña Esperanza por cualquier rincón de cualquier
empresa hospitalaria, uy perdón, hospital público de gestión privada, de la Comunidad cada vez que hay algún cotarro, para, cual Don Quijote azuzada por Molinos, aparecer como política martir azuzada por las garras del populacho.
Y ahora, le toca a la Universidad......¿Porqué?
Esto me crea ciertos desasosiegos (además de mi enérigca repulsa) que se ven mitigados, en parte, cuando pienso que, al menos a Extremadura, tardarán en llegar.
Nuestros PePeros y PePeras ( más los `pprimeros que las segundas) andan ahora en otras batallas, a las que siemppre han prestado especial interés. La lucha por los sillones. Cuatro Ilustres Caballeros comppiten por el trono; tres de ellos pparecen, y sólo pparecen, estar disppuestos a reppartirse el ppastel, el cuarto, que pparte en princippio con ventaja pporque es el oficial, lo quiere pa él solito, y, en mi humilde opinión, cómo ppretenden llegar a gobernar esta tierra algún día si, entre ppisos ppateras, amenazas de estamppidas y demás menesteres se están matando entre ellos? de verdad nos quieren
2 comentarios:
Ains... Nos quieren bastante poquito.
Sil ¿todo bien? Aparece pronto ¿vale?
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