...Nadie sabe qué ilusión me ha hecho que a mi abuela esta tarde le haya dado por abrir la vieja caja de galletas.
Cuando un día decides mirar fotos o sacar los recuerdos a tomar el aire se hace un recorrido por las tripas de nuestra propia historia que deja un sabor de boca muy particular.
A mi estas fotos me saben a petit-suise, me huelen a verde campo y me siguen dibujando sonrisas en la boca.
El otro día, en la Universidad de Extremadura, donde tuve el placer de compartir un rato con gente que hacía un curso sobre jóvenes y adolescentes Extremeños, les decía que creo que mucho de lo que somos o serán los que vienen detrás cuando sean "adultos" es el reflejo de lo que vemos, oimos, aprendemos y nos rodea en la infancia.
Siempre he sabido que con lo que es de todos hay que comprometerse, en parte por gusto, pero también por obligación. Es nuestro deber.
Siempre he creido en el grupo por encima del individuo, en el juntos por encima del yo sólo, en el puede por encima del nunca, en el posible por encima del jamás y en la sonrisas por encima de la decepción.
Todo eso se lo debo a mis padres, a mis abuelos, a Veca, a mi circunstancias, a la caja de galletas donde están guardadas las fotos, a todos los colectivos a los que he pertenecido y pertenezco, a mi partido a las personas que me rodean y a todos los que quiero.
Es muy agradable cerrar los ojos y mirar el tiempo que dejamos atrás...... los momentos malos tienden a diluirse.
1 comentario:
Una galletita viendo Marco o Heidi? Besitos Silvi
Publicar un comentario