
Desde esta mañana le estoy dando muchas vueltas a la entrada que hoy que de forma obligada tenía que hacer en mi blog; sin duda algo tenía que decir de la intervención que el otro día, invitada por la concejalía de igualdad del Ayuntamiento de Plasencia, como Fundación Triángulo, hice en una mesa redonda que se llamaba “mujeres y nuevos modelos de familia”.
Y algo tenía que decir porque, además de valorar la invitación y el tema a tratar, fue una experiencia muy grata, compartí mesa con Piedad, presidenta de la Asociación de Viudas de Plasencia y con Antonio Póveda, (FELGTB), pero lo bonito no fúe sólo la oportunidad de hablar de las mujeres que nunca se habla, de las mujeres que aman a mujeres, de las mujeres lesbianas, de esas que no tendrán un marido, que decidirán cuando y como tener hijos si los tienen, las que no formarán una familia típica, las que no son reconocidas, las que no sólo han roto las barreras que te impone la sociedad machista patriarcal y heterosexista, sino también las que el miedo y ellas mismas se pusieron, hablé de mujeres valientes, de mujeres sin nombre, bueno, eso no es cierto, más bien de mujeres con muchos nombres,…..¿por qué hablo cómo si yo no formase parte de este grupo?... puede que aun me cueste….no sé; pero sí, hable de mujeres que, como yo, un día descubrieron sintieron y reconocieron que una mujer le gustaba, que a una mujer querían y que con una mujer querían compartir trocitos importantes de la vida, o, incluso, la vida entera. Y lo mejor fue hablar con mujeres como mis abuelas, reconocer en sus miradas cierto desasosiego, sentimientos que aparecen cuando intentan cambiar algo por dentro que para ti supone lo de siempre, lo básico, el ABC de la vida…pero a la vez ternura, y si me apuras comprensión y complicidad.
Al finalizar una de ellas, después de que Piedad me contase que “sus hijas tenían dos amigas lesbianas y ella nunca las discriminaría”, me agarró muy fuerte del brazo, aun parece que la siento, y mirándome muy fijamente a los ojos, me dijo: “Luchad, luchad mucho, que parece que todo está hecho y no es así…..luchad, luchad por vosotras que en esta sociedad machista los hombres no se acordarán de vosotras, yo ya soy muy mayor…….tengo 70 años y no me he casado……luchad todo lo que podáis por que yo estoy convencida de que tenéis todo el derecho del mundo a tener los mismos derechos….. tengo 70 años y nunca me casé….)
No sé si sus palabras querían ir más allá. No me importa. Lo que es seguro es que me emocionó.
Esas emociones te hacen sentir viva.
Desde aquí me encantaría dar mi reconocimiento a todas las mujeres del mundo en el día internacional de todas las mujeres……y sobre todo a ella; que no me dijo su nombre pero que sin duda no olvidaré jamás.
Y algo tenía que decir porque, además de valorar la invitación y el tema a tratar, fue una experiencia muy grata, compartí mesa con Piedad, presidenta de la Asociación de Viudas de Plasencia y con Antonio Póveda, (FELGTB), pero lo bonito no fúe sólo la oportunidad de hablar de las mujeres que nunca se habla, de las mujeres que aman a mujeres, de las mujeres lesbianas, de esas que no tendrán un marido, que decidirán cuando y como tener hijos si los tienen, las que no formarán una familia típica, las que no son reconocidas, las que no sólo han roto las barreras que te impone la sociedad machista patriarcal y heterosexista, sino también las que el miedo y ellas mismas se pusieron, hablé de mujeres valientes, de mujeres sin nombre, bueno, eso no es cierto, más bien de mujeres con muchos nombres,…..¿por qué hablo cómo si yo no formase parte de este grupo?... puede que aun me cueste….no sé; pero sí, hable de mujeres que, como yo, un día descubrieron sintieron y reconocieron que una mujer le gustaba, que a una mujer querían y que con una mujer querían compartir trocitos importantes de la vida, o, incluso, la vida entera. Y lo mejor fue hablar con mujeres como mis abuelas, reconocer en sus miradas cierto desasosiego, sentimientos que aparecen cuando intentan cambiar algo por dentro que para ti supone lo de siempre, lo básico, el ABC de la vida…pero a la vez ternura, y si me apuras comprensión y complicidad.
Al finalizar una de ellas, después de que Piedad me contase que “sus hijas tenían dos amigas lesbianas y ella nunca las discriminaría”, me agarró muy fuerte del brazo, aun parece que la siento, y mirándome muy fijamente a los ojos, me dijo: “Luchad, luchad mucho, que parece que todo está hecho y no es así…..luchad, luchad por vosotras que en esta sociedad machista los hombres no se acordarán de vosotras, yo ya soy muy mayor…….tengo 70 años y no me he casado……luchad todo lo que podáis por que yo estoy convencida de que tenéis todo el derecho del mundo a tener los mismos derechos….. tengo 70 años y nunca me casé….)
No sé si sus palabras querían ir más allá. No me importa. Lo que es seguro es que me emocionó.
Esas emociones te hacen sentir viva.
Desde aquí me encantaría dar mi reconocimiento a todas las mujeres del mundo en el día internacional de todas las mujeres……y sobre todo a ella; que no me dijo su nombre pero que sin duda no olvidaré jamás.
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