Portugal, reconoció el derecho a amarse libremente, derecho a casarnos y ahora toca el reconocimiento legal a las familias, a todas las familias, a esas que ya existen. Ahora toca que den derechos a los hijos e hijas de lesbianas, gays, bisexuales y transexuales.
Un 8 de enero pude disfrutar del momento de alegría que se vivió en Portugal con la aprobación en el parlamento de la ley que permite contraer matrimonio a personas del mismo sexo; pero fui consciente de que esa felicidad no era completa. Era una lucha perseguida por muchas personas, muchas horas, días meses de activismo; muchas vidas que tuvieron recompensa, pero una recompensa a medias.
Ahora toca completarla, porque de no demasiado nos valen los derechos que restringen, que no dan cabida a nuestras familias. Porque el matrimonio nos iguala a nosotras y nosotros, pero excluye a nuestras hijas e hijos, esos/as que ya existen, esas/os que vienen en camino, esas/os que soñamos, que deseamos que nos buescan, que nos quieren, que nos esperan. Excluye dar derechos a menosres, que no se nos olvide, esos/as menores que tienen derecho a tener una familia, a que se les ame, a que les cuiden, a jugar....
Por eso hoy toca estar al lado de nuestros compañeros y compañeras de Portugal, para dar un empujón a la aprobación del derecho de adopción por parte de personas del mismo sexo, derecho a ser madres y padres en igualdad con independencia de nuestra orientación sexual. Porque le pese a quien le pese NOSOTRAS Y NOSOTROS SOMOS FAMILIA, WE ARE FAMILY.
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